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viernes, 21 de enero de 2011

2. Para viajar (i)

Para algunos, una de las experiencias más placenteras de la vida es el viajar. Partir, avanzar, llegar a destino, disfrutar de la estadía. Sea viajar a un lugar ya visto o a uno completamente desconocido. Para reencontrar viejos amigos o, para conocer gente nueva. Desplazarse solos, o acompañados por el camino.

Llegando al destino, probablemente se encontrará nueva música que escuchar, y la memoria emotiva se llenará de esos nuevos sonidos. Pero eso es una vez allá.

Para muchos, el peor problema de los viajes está en los preparativos. Y en el tránsito desde el origen al destino (sobre todo los que tienen miedo a algún medio de transporte). Para lo que se tiene que hacer antes, poco y nada puedo sugerir desde el punto de vista musical. O bien algo tranquilizante, o nada de música en absoluto. Hacer una lista de lo que hay que llevar y revisarla una y mil veces (o sencillamente meter en la maleta absolutamente todo y luego hacerse cargo del sobrepeso).

Cuando mucho, podría proponer buscar la tranquilidad que se necesita antes de cualquier gran travesía escuchando algo épico como The Ring Goes South: un tema muy corto, apenas dos minutos, que comienza con suavidad, como deberían comenzar los viajes, hasta que llega al punto medular en que el viaje… comienza. Y de ahí en más, la cosa será inolvidable.

También podría proponer, en vez del sur, ir al oeste: con una canción como Go West, original de fines de los ’70 cortesía de Village People, pero reconvertida a clave tecno a comienzos de los ’90 por los Pet Shop Boys. Ambas versiones invitan a viajar a la soñada costa oeste de los USA, a la playa, al sol, a los sueños…

Pero para el desplazamiento en si, puedo sugerir algo más. Un par de cosas. Varias canciones para viajar. Se inicia un viaje musical, el que comienza con música para la carretera. O, mejor aún, el viaje comienza declarando que la vida es una carretera.

En 1992 Tom Cochrane recién se había separado de su grupo, Red Rider, conocidísimo en su nativa Canadá. Esta canción, publicada ese mismo año, fue su único y más grande hit.

La letra plantea una analogía muy simple: la vida es una carretera. Se avanza y se avanza, y se puede llegar a cualquier parte. Lo importante es no detenerse. Un poco más adelante, invita a un viaje con alguien más, si el camino coincide. La vida también es así. Uno avanza acompañado con la gente que comparte el camino durante algún tiempo. Luego pasan las cosas, y la gente se deja de ver. Amigos ocasionales, compañeros de curso, colegas, en fin. Claro que siempre puede haber un punto en la carretera en el que volver a encontrarse con ellos, aunque sea brevemente.

Pese a lo simple, la letra tiene lo suyo:

Life’s like a road that you travel on / When there’s one day here and the next day gone / sometimes you bend, sometimes you stand / Sometimes you turn your back to the wind / Life is a Highway / I wanna drive it all night long / If you’re going my way / I wanna drive it all night long

(La vida es como un camino por el que viajas / Un día aquí y el siguiente ya te fuiste / A veces te doblas, a veces aguantas / A veces la das la espalda al viento / La vida es una carretera / quiero manejarla toda la noche / Si vas por mi camino / quiero manejarla toda la noche)

Musicalmente, es un tema pegadizo, que se deja escuchar muchísimas veces sin aburrir. Ideal para escuchar fuerte en un viaje, por carretera, en un tren, en un avión.

La canción original de 1992 dio paso el 2006 a una nueva versión, algo mejor para mi gusto, a cargo de los Rascal Flatts. Esta fue la que se utilizó como tema central de la película animada Cars.

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