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miércoles, 22 de diciembre de 2010

1. Para empezar (ii)

¿Qué tal algo más sofisticado, con más instrumentos e historia que una canción de comienzos del siglo XXI? A continuación, una canción que pocos, muy pocos, conocen por su nombre original. Pero si se dice la música de Rocky o el tema de Rocky, todos entenderán rápidamente de qué se está hablando. Parte del inconsciente colectivo desde fines de los ’70, esta canción ha aguantado más de 30 años… y sigue en forma.

Película del perdedor-convertido-en-ganador por antonomasia, tanto por su contenido como por la historia detrás de la historia, el cuento del semental italiano representa la encarnación definitiva del sueño americano como a todo el mundo –sobre todo a los gringos- le gusta creer: un don nadie que recibe del alto cielo la oportunidad de su vida. Y la aprovecha. Y de que manera.

Stallone hizo lo mismo. Siendo un don nadie en Hollywood, vendió su idea y su guión, y logró protagonizar una película que lo convirtió en un ícono, en el boxeador del celuloide más famoso de todos los tiempos: Rocky Balboa. No contento con eso, luego instaló otra franquicia en el mercado, Rambo; se casó con una supermodelo alemana; se aventuró en películas familiares y comedias malas; y finalmente volvió a cerrar los ciclos de sus personajes insignia con las películas Rocky Balboa (2006) y John Rambo (2008), demostrando que más que un actor y escritor, es un mito viviente de Hollywood.

El tema de Rocky comienza con un juego de bronces, para luego evolucionar sobre una base funky: percusión, bajo, piano, teclados, algunas cuerdas y un solo de guitarra simple pero efectivo. Con una letra nada compleja, pero con un mensaje claro:

Tryin’ hard now / It’s so hard now / Gonna fly now

(Intentándolo con fuerza ahora / es tan difícil ahora / A volar ahora)

No se necesita decir nada más. Sólo ponerse los audífonos y salir a correr, hacer ejercicio, o hacer frente al desafío que se viene. Con la certeza de que, con el empuje del espíritu de Rocky (o del sueño americano, si se prefiere), ninguna escalera será tan grande como para no poder subirla corriendo, y ningún golpe que recibas podrá dejarte en la lona. Irás siempre por más. Serás luchador. Pelearás por eso en lo que crees. Hasta triunfar.

Si ese discurso no es motivacional, no sé qué pueda serlo.

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